Saturday, December 16, 2006

walter cassara

densa y precisa, rozando la piel y las neuronas, la poesía de walter, su exigencia, desborda una rara belleza, lo cito en su último libro:


Toda la noche, tus ojos abiertos

son dos antorchas severas

que guardan mi morir. Antorchas,

segures: tu dolor no perdona

y se hace uno con mi cuerpo.

Puedo sentirlo, palparlo en mis entrañas.

Vengo de tu dolor y hacia él me vuelvo,

cada vez más liviano, cada vez más niño.